El tiempo de vacaciones es un período de corte de las actividades académicas de niños y adolescentes y debe ser asumido como tal. Este tiempo debe permitir el descanso físico y mental de la rutina escolar que dura la mayor parte del año, por lo tanto, es importante considerar algunos aspectos para planificar este periodo:

  • Procurar elegir las actividades en consenso entre los padres y el niño y/o adolescente. No imponer la planificación.
  • Es preferible que sean actividades distintas a las que viene realizando durante el año académico; aunque se puede continuar con actividades deportivas y/o artísticas que durante el período de clases se hayan estado realizando, si es que el niño y/o adolescente se encuentra motivado con las mismas.
  • Que el tiempo de las actividades elegidas no duren más allá de 5 horas diarias; permitiendo que al niño le quede tiempo libre y de descanso físico.
  • Debe incluirse en la planificación períodos de actividades de ocio, siestas (si es que el niño/ adolescente lo requiere). Permitir que improvise, incluso que se aburra, pero promoviendo su recursividad en la administración y uso de su tiempo.
  • Considerar actividades que el niño/adolescente no puede descuidar en relación a su aprendizaje escolar (lectura, razonamiento, etc) pero hacerlo de una manera entretenida y distinta a lo que realiza en lo escolar.
  • Es importante que existan períodos de cambio del espacio físico donde habitualmente se desenvuelve, es decir algunos días fuera de su casa.
  • Este también es un período al que, si se le resta la premura de una agenda y horario estricto, permite al niño y/o adolescente desarrollar hábitos de independencia.
  • Debe ser un tiempo en que los padres y/o cuidadores destinen tiempo en calidad y cantidad para compartir.

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