Cuando terminó la segunda guerra mundial, el mundo dio inicio a otra guerra que fue conocida como la “guerra fría” y que se caracterizó por el dominio que trataban de imponer las denominadas Potencias Mundiales a los países más débiles o menos desarrollados, con el propósito de adquirir más dominio a nivel mundial. Esto dio paso a los bloques de los países denominados liberales encabezados por Estados Unidos y a los países socialistas liderados por Rusia.
Cada uno de ellos trataba de demostrar su poder mediante la ideología que propugnaba y además poniendo de manifiesto el nivel de desarrollo tecnológico que iba adquiriendo especialmente en el campo aeroespacial (conquista de la luna), como también en el desarrollo de armamentos sofisticados como los misiles de largo alcance.
Este preámbulo es necesario establecer para poder entender que conjuntamente con estos grandes objetivos, se desarrollaron industrias paralelas como la comunicación interactiva y a larga distancia, la televisión, el cable que podía transportar voz e imagen a largas distancias, la oficina sin papel, mediante el uso de comunicación interactiva y por último la oficina a distancia, es decir el trabajo fuera de la oficina.
Por otro lado, la humanidad se ha visto afectada en determinados momentos de la historia por problemas de salud, (grandes pestes y pandemias como la actual), catástrofes de todo tipo, como sunamis, maremotos, terremotos, etc., etc.
En la actualidad el nivel de desarrollo es cada vez más acelerado y hoy en día tenemos en algunos países como el Japón desde aparatos que ayudan en todas las labores de casa, hasta maestros universitarios ROBOTS que remplazan al ser humano y no solo eso, la robótica se encuentra en la construcción de todo tipo de maquinaria, desde automóviles hasta aviones y barcos; y desde celulares hasta aparatos tan enormes de computación conformando lo que se denomina como la “NUBE”.
Si el mundo ahora está así, el día de mañana estaremos dominados por automóviles sin chofer y sin combustible proveniente del petróleo sino de energía eléctrica o ya quizá electrónica, aviones teledirigidos sin pilotos y unipersonales, más y más drones y quizás también aparatos que no tengan ninguna dependencia ni con el tiempo, ni con la gravedad; es decir, que puedan dirigirse a cualquier sitio sin ningún control de tiempo-espacio.
Por eso, ¡es necesario entrar en la tecnología digital ya …!!!! Y como dice Marc Vidal, “cuantos más días de parálisis se sucedan más complejo será abordar soluciones al viejo estilo” refiriéndose a los días que perdamos ahora por el CORNA VIRUS. Por lo tanto, debemos de estar conscientes que el TELETRABAJO tiene un sinnúmero de beneficios para todos, empezando por mejorar la calidad de vida de los trabajadores y terminando por incrementar el desarrollo de toda clase de emprendimientos del ser humano.
No podemos continuar a la espera de milagros para cambiar el rumbo, hay que ser proactivos en el desarrollo de nuevos esquemas y nuevos criterios, y hacerlo ya.
Autor: Vicente Maldonado Bonilla